Es tiempo de vacaciones y para muchos ha llegado ese tan esperado tiempo de relax y desconexión después de un duro año de trabajo. Sin embargo, muchos otros en situación de desempleo, se enfrentan a la cruda realidad de no poder permitirse salir de sus ciudades. Tanto si puedes “cambiar de aires” como si te quedas “en casa”, estas vacaciones “serán distintas”, me permito darte unos consejos para hacerlas más llevaderas y más productiva a tu vuelta DESPÍDETE. Si vas a marcharte, es una buena ocasión para enviar un correo “Feliz Vacaciones” a tus contactos. En este email, además de desear un feliz verano, puedes informarles de que estarás fuera unas semanas y que a partir de X fecha volverás a estar a su disposición. Hasta, quizás, podrías cerrar una fecha para una reunión… PIDE UN CIC. Una vez en el pueblo, la playa o cualquiera que sea tu destino no olvides quedar con tus conocidos y por supuesto, hacer nuevos contactos. Nunca sabemos de dónde aparecerá una oportunidad profesional para nosotros ni quién será quien nos entregue tan valiosa información. Como dice una querida compañera y maestra “no le pidas a tus contactos trabajo, pídeles un CIC (un Consejo, Información del sector, otro Contacto)” NO DESESPERES. Si vas a quedarte, lo primero de todo que no cunda el pánico. No te agobies y piensa que desde la gestión de tus emociones, tu actitud será crucial. Quizá estés atrapado por sentimientos como la ira, el resentimiento, la tristeza, la culpa, la desidia y el miedo (generalmente por este orden); pues bien quizá sea el momento de despojarnos de nuestros duelos y generar nuevas emociones que motiven el cambio y nos lleven a la acción que a su vez hará aflorar nuevas emociones: ¿Qué tal la curiosidad, la sorpresa y la alegría? REFLEXIONA. De cualquier forma, tanto si te vas como si te quedas es una buena ocasión para la reflexión. Pregúntate, respóndete, plásmalo en hojas bajo la sombra de un árbol o dibújalo en la arena: ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué te gusta hacer? ¿Dónde te gustaría trabajar? ¿Haciendo qué? ¿Qué sabes hacer y harías aunque no te pagaran? ¿Cuáles son tus pasiones? ¿Qué medios te faltan para conseguir lo que quieres? ¿Qué puedes hacer para lograrlo? Elabora tu propio inventario profesional y analiza tus puntos fuertes y tus áreas de mejora. ¿Dónde pueden ser necesitadas tus habilidades? ¿Cómo puedes mejorar esa “patita de la que cojeas” para llegar a tu objetivo? RÉTATE. Tiempo de vacaciones puede ser tiempo para el aprendizaje: idiomas, pintura, fotografía, cocina, jardinería, ajedrez, baile o cualquiera que sean tus inquietudes. Sal de tu zona de confort y aprovecha las oportunidades que te ofrece tu entorno. Seguro que es buen momento para aprender nuevos idiomas (aprovechando el turismo y los numerosos bares de intercambio de idiomas). En casi todas las ciudades se presenta una gran variedad de oferta cultural (talleres, exposiciones, conciertos, fiestas locales, cines de verano, etc) muchas veces gratis o a bajo coste; es momento de investigar y descubrir tu ciudad… HAZ DEPORTE. Caminatas, rutas de senderismo, paseos en bicicleta, yoga, natación, buceo y otros deportes de mar si estás en la costa. Practica la lectura o la pintura en alguna bonita plaza o parque de tu zona. Recorre zonas y calles que habitualmente no transitas, te sorprenderás de la cantidad de cosas que no conoces. DISFRUTA. Pasa tiempo con los tuyos y comparte tus experiencias y aprendizajes con ellos. Espero que estos consejos te sirvan para sobrellevar esta situación de cambio en la que te encuentras, y recuerda: no mires atrás con rencor, no mires adelante con miedo, mira a tu alrededor con atención. No te frustres, no vas a estar desempleado toda tu vida, por lo que disfruta el presente, que todo llega.