Ars Outplacement

Mitos y realidades del Outplacement

[:es] Había una vez, en el mundo de los Recursos Humanos, un reino desconocido y criticado por muchos, pero amado y defendido por todos aquellos que habitan en él,  o han pasado por allí alguna vez… el reino del outplacement. Así podría empezar la historia, que no cuento, sobre el outplacement  o programas de transición profesional y, como cualquier historia, tiene sus mitos y realidades. He aquí algunas frases sobre este mundo,  escuchadas en diferentes entornos y que fomentan la creación de esos mitos: «Las empresas contratan estos programas para no ver afectada su imagen por posibles comentarios negativos de la persona que se quedó sin empleo» Se dice que hay muchas empresas que contratan un programa de outplacement simplemente por minimizar la imagen negativa de la misma  y eliminar los problemas legales que pudiera ocasionarle el despido. Esto es una realidad pero, hoy en día, cada vez hay más empresas que muestran su compromiso personal y profesional con aquellos que forman parte de la misma, ya sea mientras trabajan en ella o durante su salida. A la hora de contratar estos programas se interesan, de manera más detallista, por qué tipo de sesiones  va a tener su empleado y de qué manera se le va a acompañar. «El programa me va a servir para conseguir un nuevo puesto de trabajo, además de manera cómoda y rápida» Es lo primero que se intenta dejar claro a un candidato en el momento de su acogida: el programa de transición de carreras no te va a dar tu puesto de trabajo ideal, pero sí las herramientas necesarias para que la reinserción en el mercado laboral, sea más rápida y efectiva. El éxito de un programa de outplacement no debe ser medido sólo por el tiempo de recolocación sino por la calidad y características del puesto obtenido, ya que debe ajustarse a las expectativas e interés de cada persona, de cara a su futuro. Por eso,  en las diferentes sesiones, se trabaja  su objetivo profesional, siendo el propio candidato el que tiene que tomarse un tiempo para reflexionar y elaborar su plan de marketing. «Si encima obtiene beneficios con el programa, que no se queje» Por supuesto que con un programa de outplacement se obtienen beneficios, tanto profesionales como personales. Para poder llegar a obtenerlos es muy importante que el candidato se sienta motivado, predispuesto y preparado, sino va a ser muy difícil que se beneficie de los mismos. No hay que olvidar que esa persona ha sido despedida de su puesto de trabajo, con todas las cargas emocionales que eso conlleva. De ahí que se le acompañe en todo momento y se le dé el apoyo necesario, no sólo para que encuentre otro empleo sino para que afronte el despido desde otro punto de vista. «No se orienta a cualquier empleado, sino que centra su interés en los ejecutivos y cargos gerenciales» El outplacement no es algo de nueva creación, hay profesionales que llevan muchos años en este mundo y son expertos en su metodología y desarrollo. Efectivamente, en un primer momento, se contrataban estos servicios exclusivamente para este tipo de posiciones. Ahora hay más empresas que se implican  con sus empleados y que contratan los programas para puestos de menor envergadura: secretarias de dirección, administrativos, técnicos…  dándole la misma importancia que a cualquier otro cargo que pueda estar por encima de dichas posiciones. «A los programas grupales no se  les da la misma importancia que a los individuales, además se hacen por obligación legal y contratan cualquier programa, generalmente el más barato» Aunque cada vez  aparezcan  nuevas consultoras diciendo que son expertas en estos programas, tal y como hemos dicho, hay realmente profesionales,  que tienen experiencia y ofrecen atención personalizada hacia el candidato, ya sea para programas individuales como grupales. El resultado de esto es que la hora de obtener una cuenta, no puedan tener precios tan competitivos como los que ofrecen esos nuevos profesionales del outplacement, que generalmente no se centran en el candidato y no les aportan los hablados beneficios con los que pueden enriquecerse. Afortunadamente es muy frecuente encontrar empresas que teniendo que desvincular a sus empleados y contratar los servicios de transición profesional,  lo hacen para dar ese apoyo en los momentos difíciles, tanto a puestos de diferentes niveles, como en los casos de salidas grupales. Ya que,  debido a cambios o exigencias del negocio y del mercado tan variable y competitivo de hoy en día, también esta desvinculación resulta complicada para la empresa, porque deben dejar partir a componentes valiosos en sus organizaciones y que nada tiene que ver con el desempeño de su equipo.  Cuando se decantan por un programa para los miembros de su organización, no  lo hacen por obligación legal, sino realmente por su responsabilidad con sus empleados. ¿Conoces algún otro mito? ¿Has escuchado frases como estas? Te animo a que compartas esos mitos y podamos seguir buscando la realidad de los mismos[:]

La utilidad del Outplacement II

[:es] El proceso de desvinculación de una organización en la que se ha estado trabajando durante cierto tiempo es, en la gran mayoría de los casos, conocido, esperado o intuido, de manera anticipada, por la persona afectada. Sin que ello signifique un menor impacto profesional y emocional. Sin quitar, ni poner, dramatismo al momento. Nos estamos enfrentando, ni más ni menos, a un cambio, obligado, pero al fin y al cabo, un cambio. No hay que olvidar que los seres humanos sanos cambiamos constantemente. Aunque existe cierta leyenda negra sobre nuestra predisposición al cambio, ésta sólo nace de nuestra resistencia a que nos cambien; como ocurre en el caso que nos ocupa. En este sentido, para poder agilizar el proceso de cambio hay que acelerar el tránsito por las etapas previas a la aceptación del mismo. No sólo aceptación formal, sino más importante, aceptación emocional. Será desde esa aceptación emocional desde donde seremos capaces de asumir los posibles beneficios que nos puede traer ese cambio obligado y así, poder diseñar un nuevo objetivo y una estrategia de comunicación adecuada. Los coaches del programa de Outplacement te ayudarán a transitar rápidamente por las etapas de cambio, llevándote en el menor tiempo posible a una situación de curiosidad, no de temor, sobre el futuro próximo. La primera pregunta que podríamos hacernos sería “¿realmente me han obligado a cambiar?” Puede parecer duro realizarse esta pregunta cuando se está inmerso en este proceso de cambio obligado. Aún así, es necesaria y un signo de madurez personal y profesional. ¿de verdad me han obligado a cambiar?¿yo no he tenido nada que ver? Si no soy parte del problema no seré parte de la solución. La respuesta, como en muchas otros asuntos relacionados con las emociones que dirigen nuestra conducta, puede estar escondida en cada uno de nosotros. Necesitamos de un tercero que nos ayude a explorar y a encontrarla. Es vital saber cuál ha sido mi grado de intervención en el hecho que finalmente desembocó en la salida de la organización. Asumir esa responsabilidad me permite, o bien corregir en futuras ocasiones o bien, apalancarme sobre lo que realmente estaba y estoy buscando, aunque no fuese plenamente consciente de ello. Se entiende como la acción que cada uno ha realizado aquella que se ejecutó con una intención determinada o la que nunca se ejecutó. Tan acción es una como la otra. ¿Qué conversaciones he mantenido o, no? ¿Con quién? ¿De qué otra manera debería de haber actuado o, no? ¿Qué me faltó por hacer o, me sobró? ¿Qué se esperaba de mí o, qué no? ¿En qué momento fui consciente de lo que yo estaba provocando y qué debería haber hecho o, dejado de hacer? ¿Qué aprendizajes saco? ¿Cómo actuaría si tuviese una nueva oportunidad? Son algunas preguntas que persiguen que nos apoderemos de los hechos producidos y que nos hacen reflexionar, por un lado, sobre qué nos impidió actuar de la manera que no hubiese provocado la salida de la organización y por otro, cuál era mi objetivo real al actuar de esa forma. Este objetivo puede seguir siendo válido a futuro, y en ese caso, deberá de tenerse muy en cuenta al diseñar el siguiente paso profesional. No voy a dejar de admitir que existen otras muchas situaciones en las que la salida de la organización se produce por un cambio sobrevenido, por ejemplo la disolución de la empresa, una integración con otra organización y las consiguientes duplicidades de puestos o el cese de una parte de la actividad. Son situaciones que escapan a nuestra capacidad de actuación. Aún así, en estas situaciones hay un proceso de aprendizaje para el profesional. Cómo coloquialmente se dice “nos dormimos en los laureles” en la gestión de nuestra carrera profesional. El principio general que un programa de Outplacement inculca en sus participantes es el de hacerles dueños de su destino. La responsabilidad sobre la carrera profesional es exclusivamente de uno mismo, y de nadie más. Lo cual viene a significar que cada uno de nosotros tenemos la obligación de estar preparados para responder a esas situaciones sobrevenidas. Lamentablemente esto no suele ser así. Entendemos la carrera profesional como algo que ofrece una organización y que debemos ganarnos, no como los esfuerzos que debo realizar para alcanzar un objetivo personal con el que estoy comprometido, además de ganarme la vida. El programa de Outplacement te hace dueño de tú destino. Llegar a esta conclusión nos abre a un mundo nuevo. Es el momento para poner, de manera estructurada cuáles son mis visiones de futuro, cuáles son las experiencias y talentos de los que dispongo o a los que puedo acceder a corto plazo y qué posibilidades tengo de hacerme un hueco en el mercado laboral, por cuenta propia o ajena. Antes de hacer cualquier ejercicio de análisis de carrera, balance competencial o determinación de los objetivos, un programa de Outplacement te ayudará a tomar los mandos de tu carrera profesional. No te engañes a ti mismo, antes de cortar el árbol afila el hacha [:]

La utilidad del Outplacement

[:es] Cada vez son más los profesionales capaces de responder a esta pregunta, bien porque han conocido directamente uno de estos programas o indirectamente a través de alguna persona de su entorno. En cualquier caso, es una pregunta que todo profesional al que se le ofrece un programa de este tipo, como parte de su “paquete” de salida de la organización, se hace. En España, el Outplacement es conocido desde la década de los 90.  Son algo más de 25 años de experiencia que aún hoy no ha dado lugar a su uso generalizado, por lo que sigue siendo importante explicarlo y matizar qué se puede obtener en un programa de este tipo. En esencia, un programa de Outplacement es un proceso por el cual una persona o un grupo de personas cualificadas, acompañan a otra en su búsqueda de una nueva actividad profesional. La clave, por lo tanto, está en el tipo de acompañamiento que el profesional puede recibir del programa. Como en la gran mayoría de los servicios que se prestan directamente a una persona, éstos deben estar ajustados a las necesidades de esa persona. Así, un programa de Outplacement sólo será tal, cuando esté ajustado a la necesidad de quien lo va a utilizar. En caso contrario, será otra cosa: un programa formativo para la gestión de la carrera profesional, un conjunto de talleres para la búsqueda de empleo o autoempleo o incluso una serie de sesiones de trabajo para mejorar las técnicas de búsqueda o creación de empleo. Lo primero que se puede esperar de un programa de Outplacement es la determinación de las necesidades que tiene un profesional en relación a su carrera. Necesidades que la mayoría de las veces no son tan obvias como creemos. Pensemos en la situación personal por la que se pasa cuando, por cualquier tipo de motivo, nos vemos forzados abandonar la actividad que veníamos realizando. La que nos llega a la mente con más fuerza es la de buscar una nueva actividad, pero esa respuesta es como decir que queremos ser felices, está en la esencia de lo que nos hace personas, de lo que nos hace profesionales. La pregunta que deberíamos hacernos es ¿qué actividad? Tratar de responder a esa pregunta tiene grandes implicaciones porque, más allá de la presión económica que se tenga por encontrar una nueva fuente de ingresos, debe tener en cuenta dos grandes matices: 1.    ¿Cómo me ha afectado la salida de mi anterior organización? 2.    ¿Para qué quiero esa nueva actividad? El análisis de cómo me ha afectado, no sólo la salida, sino el proceso de salida de la organización está sesgado por la visión personal. Para poder dar una respuesta adecuada y posteriormente actuar, es preciso contar con otra u otras personas que sean capaces de ayudarnos a reducir el sesgo que cada uno de nosotros pone a la situación. Esto es clave, pues determina de manera directa la respuesta a ¿qué actividad voy a buscar? También puedo responder a la pregunta ¿para qué quiero esa nueva actividad? con un lacónico “tener ingresos o continuar mi carrera”, pero esto debilitaría mis acciones futuras. Aquí existen infinidad de aspectos a valorar, desde la situación socio económica personal a los planes de futuro. Las respuestas a estas dos preguntas nos permiten hacer un planteamiento de lo que necesitamos para crear, desarrollar y alcanzar un objetivo profesional a corto, medio y largo plazo. El programa de Outplacement nos ayuda a responder con calidad y a construir un plan de acción que nos hará más eficaces en la búsqueda del objetivo. El programa de Outplacement sirve para reducir el tiempo de búsqueda de esa alternativa profesional y para que la calidad de esa alternativa sea mayor de lo que sería buscando sólo. ¿En cuánto reduce el tiempo de búsqueda o en cuánto mejora la calidad de la alternativa? Sólo tiene respuesta en el ámbito de lo individual, en el esfuerzo que tanto el acompañante como el acompañado pongan en el proceso. Cada persona tiene que plantearse su propio reto, en tiempo y calidad, y refrendarlo con el equipo que le ayuda. Responder afinadamente a las dos preguntas anteriores hace que el proceso de búsqueda de una nueva actividad (propia o por cuenta ajena) sea más fluido, rápido y eficiente porque un proceso de búsqueda de alternativas profesionales es un proceso de comunicación, donde el marketing y la marca personal son muy importantes. Cómo ocurre en toda actividad humana y en ésta también, la eficiencia empieza y termina en la relación con los demás. El Outplacement sirve para hacer eficaz ese proceso de comunicación, sabiendo qué, cómo, cuándo y para qué se realiza. Si, en los primeros momentos es clave que un programa de Outplacement sea proveído por personas expertas en orientación profesional y en coaching ejecutivo, más adelante es necesaria la intervención de un equipo multidisciplinar que acompañe al profesional en las actividades que tendrá que realizar para alcanzar su objetivo. Algunas de las más habituales tienen que ver con la generación o ampliación de la red de contactos, la participación en las redes sociales, el desarrollo de entrevistas de trabajo eficientes, la asistencia a eventos, la participación en asociaciones y clubes profesionales, la penetración en nuevos sectores de actividad o la puesta en marcha del nuevo negocio. Todo esto es abarcado en un programa de Outplacement. No será el programa en sí mismo el que lo provea sino las personas especializadas en cada una de las áreas de actuación que el profesional precise. Mentores de carrera, expertos en marca personal, documentalistas, entrenadores en comunicación o personas senior dedicadas a la actividad de lobby deberán de acompañar a cada profesional. Son ellos lo que hacen del programa de Outplacement un programa útil. En un programa de Outplacement el resultado de la suma de profesional en búsqueda más equipo de búsqueda es superior a la individualidad. El Outplacement ha resultado de utilidad, en nuestro país y durante los últimos 25 años, a miles de profesionales. Reduciendo sus tiempos de búsqueda de un nuevo empleo, incrementando … Leer más

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