Newsletters Octubre-Noviembre
A mediados de noviembre nos enfrentamos a un buen dilema, desear que se acabe el año, o no; disimular las expectativas que tenemos, o no; ocultar la indecisión de aquel que está a medio camino y no sabe si seguir o volver, o no; armarnos de valor y asumir que para el fin del año nos queda poco o menos, o no. En esta segunda “newsletter” (¿por qué tendrá que decirse en inglés?) del tránsito entre el veroño y el otovierno encontrarás, ante todo, realidades positivas, un impulso. Cierto es que el mercado laboral nos ha ofrecido un crecimiento del número de personas inscritas en los servicios públicos de empleo (¿por qué diremos parados, si la realidad es que las personas no paran nunca? ¿acaso la única forma de estar en marcha es, la de no estar parado?), para no despistarnos con estas “cosillas”, algunos políticos siguen jugando al estratego otros a policías y ladrones y otros al cluedo. Pero nosotros a lo nuestro, abriendo los ojos a un mundo nuevo, donde las referencias van desapareciendo y los objetivos siguen siendo los mismos, donde te inmolas en alcanzarlos y quedas a merced del mar (estaremos en el 2014 y me acuerdo del Titanic) Donde las contradicciones aparentes son constantes: sube el empleo, se incrementa el número de personas inscritas en el desempleo; las grandes empresas consiguen frenar la sangría de los expedientes de regulación de empleo (al menos los de extinción de empleo) y opinan que la vuelta al empleo del pasado es posible (¿pero es necesaria? ¿ hemos aprendido algo?) Nos hablan de nuevo modelo económico y yo me pregunto ¿cómo es posible un nuevo modelo pensando con los mismos mimbres del pasado y además añorándolo? Uff¡¡¡¡¡. Tecnología de un mundo sin referencias hecha para poner una bonita carcasa pero con el mismo motor. Será el otoño, sus colores ocres, los que me hacen reflexionar ¿estará ahí una de las vías de solución? ¿en la tecnología? No, no, no puede ser, ese es el camino de Matrix. La verdad inmutable es la familia, y de la familia a las personas que la componen. La única realidad es que siempre tendremos futuro, aún en otoño pues sencillamente somos personas.