…D. Jaime Bond, después de 20 años al servicio de la corporación es invitado, más o menos amablemente, a abandonarla. A los 47 años se enfrenta a una nueva etapa de su vida. Retirada su licencia para hacer negocios, desprovisto de lujos y con una buena indemnización debajo del brazo, pero no suficiente para retirarse, empieza a plantearse qué hacer… Tengo preparada la sala, documentación, su primera versión de cv, un café y agua fresca, y mucha ilusión. Curiosidad, alguna inquietud. ¡Una persona nueva y desconocida para mí!. ¿Cómo será?¿Cómo se sentirá?, ¿Qué esperará de nosotros? Y llega Bond, Jaime Bond. Alto, con buena imagen, correcto traje, Saluda con cortesía a la recepcionista. Con un punto de galantería educada y respetuosa, diría yo. Entra con paso firme y seguro, pero no altivo. Puntos, puntos a su favor. Le esperan muchas entradas en compañías y despachos desconocidos, el primer impacto es fundamental. El trato cortés y educado a secretarias, recepcionistas y auxiliares es más importante de lo que a priori pudiera parecer. “¿Eres Marta?”.- Buen apretón de manos, amplia sonrisa, de las auténticas. Más puntos a su favor. “Hola, Jaime, te estaba esperando, ¿deseas tomar algo, café, infusiones, agua?.” Y empieza la reunión. Una reunión que llamamos de ACOGIDA. ACOGER . RAE (Del latín “accolligere, de colligĕre ‘recoger’).Dicho de una persona: Admitir en su casa o compañía a alguien. Porque Jaime y tantos como Jaime, pasan hoy a formar parte de nuestra “Casa”, de nuestra “Compañía”. De hecho, y mientras avanzábamos hacia la sala habilitada, nos cruzamos con varios consultores, dos socios y otro candidato. Hay presentaciones, apretones de mano. Hay cordialidad. Jaime hoy se integra en nuestro equipo, consultores, socios, coach, expertos, prospectores. Jaime, desde hoy es un Asociado de ARS Apuramos nuestros cafés y lanzo mis primeras preguntas. “¿Cómo estás, Jaime?, ¿Cómo te encuentras?“ “Bien, bien” contesta Jaime, “pero prefiero que me cuentes sobre el programa pues mi empresa no me ha dicho gran cosa sobre vosotros ni sobre lo que me vais a ofrecer” ¡Perfecto!, te cuento cómo tenemos diseñada esta primera reunión, una reunión clave, vital para el desarrollo del programa y para un enfoque perfecto de los siguientes pasos a dar”. Distinguimos tres fases: Presentarte brevemente ARS, la compañía y el equipo. Cinco minutos para que sepas dónde estás y con quién. Que tú presentes, que cuentes quién es Jaime, tómate el tiempo que desees, es tu momento y mi misión es escuchar para después, siempre con tu permiso, darte feedback de lo escuchado, decirte cómo te percibo como candidato. “Ponerme la gorra de HeadHunter y decirte cómo te vería un HeadHunter en situación de entrevista”. ¿Sabes realmente cuál es mi misión, Jaime?, prestarte mis gafas para que veas a través de ellas cómo te puede percibir el mercado”. Presentarte el programa, de principio a fin, como un TODO, sin compartimentos estancos, como un PROYECTO, TU PROYECTO. “¿Te parece bien mi plan?”. “Me parece perfecto” responde Jaime “pero, antes, tengo tantas preguntas, tantas, que no sé por dónde empezar…” Y Jaime, se salta el plan. Y el consultor, en este caso, la consultora, yo, se salta el plan. Porque el protagonista es Jaime. Jaime y sus preguntas que lanza como dardos, sin tiempo para respirar y ¡¡sin tiempo para que yo le conteste!!. ¿Cómo se lo cuento a mi mujer?¿Y a mis hijos? ¿Cómo informo a mi equipo?¿Y a mis clientes y contactos profesionales? ¿Cuánto voy a tardar en colocarme?, ¿Dónde me voy a colocar?. ¿Estoy fuera de mercado a mi edad?, ¿Ganaré lo mismo?. ¿Podré cambiar de sector?, ¿Y si creo mi propia empresa?. ¿Qué hago si me llama mañana un HeadHunter?. Me han invitado a un desayuno de trabajo en una Escuela de Negocios que tendrá lugar el jueves ¿Voy? ¿Qué digo? ¿Qué cuento?. ¿Envío un email a toda mi red de contactos informando de mi situación? ¿Hago un mailing?. Me han pedido el cv ¿lo envío tal cual está?.. ¿Hablo con el Presidente de la corporación internacional para contarle lo que han hecho conmigo?. Un viejo amigo me ha hablado de una posición menor, ¿Qué te parece si la acepto?, ¿No será mejor buscar trabajo desde la perspectiva de otro trabajo? , o ¿Me pasará factura haber aceptado un trabajo que no me corresponde?. Mi empresa no me ha contado gran cosa del programa, ¿qué me vais a ofrecer? ¿Me vais a recolocar vosotros? Tengo prisa, tengo mucha prisa por sentirme de nuevo activo. Es mejor ser muy proactivo ¿no te parece?. Escucho todas las preguntas de Jaime, algunas respuestas las tengo claras, pero para otras necesito saber más de él, indagar en su historia, conocer sus circunstancias, su carrera, su evolución, sus deseos, su estado de ánimo y me falta preguntar “¿Cómo te sientes?” y “¿Qué quieres hacer?”. “Efectivamente, Jaime, son muchas preguntas, ¿Qué te parece si para encontrar juntos las respuestas, me cuentas cómo te sientes, quién eres, qué has hecho, qué has conseguido y fundamentalmente, qué quieres hacer?” Y Jaime me cuenta su historia, su apasionante historia, que si quieres lector conocer, solo tendrás que “asomarte y mirar”. Y mientras redacto y transcribo esa historia te lanzo … ¿Has vivido una situación similar a la de Jaime? ¿Cuáles eran tus preguntas e inquietudes?. Y si no has vivido una situación igual…¿Cuáles crees que serían tus preguntas e inquietudes?. ¿Te falta alguna? ¡Cuéntamela!