La semana pasada, leía un artículo en “El Mundo” que llamaba la atención, una vez más, sobre los parados de entre 45-64 años de este País. Un colectivo que se aproxima ya a los 2 millones y que parece haber caído completamente en el olvido, o como decía la redactora del artículo, se encuentran en el “Limbo”.
Este segmento de la población, además de la valía profesional que aportan, tradicionalmente han sido los verdaderos motores de la economía de consumo: suelen tener cargas familiares, hipotecas, coches, seguros, pagan estudios, disfrutaban de vacaciones, de actividades culturales y de ocio etc…
Ante este grave problema, ¿Cómo es posible que no se pongan en marcha, de una vez por todas, acciones reales y efectivas que permitan que este colectivo se reincorpore al Mercado Laboral? ¿Por qué las empresas dan la espalda a estos profesionales que tanto tiene que aportar?
Si cada uno de nosotros, tuviera la posibilidad de elegir en su vida privada, al cirujano, piloto, arquitecto, ingeniero.. a quien contratar , nos decantaríamos, sin dudarlo por la persona que nos generara mayor confianza y la confianza va claramente ligada con la experiencia. Si esto es así, ¿por qué en las empresas no se valora igualmente la Seniority?
Me atrevo a decir que en muchas ocasiones estos motivos son meramente prejuicios del tipo:
Son caros: ¿¿seguro??. Precisamente este colectivo es muy consciente de la realidad del mercado y de que las reglas del juego han cambiado. Son los candidatos que pueden ofrecer más flexibilidad a la hora de negociar sus condiciones.
Tienen menor capacidad de aprendizaje: ¿¿Cómo?? Estos profesionales han vivido una auténtica revolución en su forma de trabajar, algunos se incorporaron al mundo laboral con máquina de escribir y han vivido continuos cambios a lo largo de sus carreras, demostrando gran interés y esfuerzo en mantenerse actualizados. De hecho muchos de ellos han sido los impulsores de esos cambios en sus organizaciones.
La edad media de nuestra plantilla es muy joven: ¿¿y??. La diversidad es un valor que muchas organizaciones intentan fomentar. Contar con personas que han vivido otras experiencias y aportan una visión diferente, es un auténtico lujo.
Estos y otros muchos prejuicios, son lamentablemente, muy propios del mercado español. Cuando estos profesionales han tenido contacto con el mercado laboral europeo, hemos comprobado que su edad no ha supuesto ningún hándicap. Han participado en procesos de selección en los que, ni siquiera, les han preguntado por este aspecto. Centrándose exclusivamente en sus conocimientos y capacidades.
Esto demuestra, una vez más, que nuestros colegas europeos tienen mucha más visión estratégica que nosotros y que nos llevan mucha ventaja en la gestión global y efectiva del Talento.
Gran post, querida Ana, tú y yo, por el oficio que tanto amamos, sabemos mucho de las desesperanzas de este colectivo. ¡¡y los excelentes resultados que generan a las empresas que se deciden a contratarlos!.